descripción

se llama así porque el propietario estuvo una vez en la playa de Bondi en Australia y todavía tiene la camiseta para probarlo. Así que el nombre era algo obvio, pero en pocas palabras se puede decir que esta “super finca” se encuentra a tan sólo 7 km de l’Ametlla de mar, donde se puede bucear, hacer windsurf y nadar con atunes gigantes. Es una propiedad muy interesante con un enorme potencial. Situada en un terreno de más de 2 hectáreas con vistas al mar, la casa principal tiene tres dormitorios, un escritorio, un baño y una cocina y salón de planta abierta. Una renovación es necesaria, pero esta casa de 121 m2 es una propuesta sólida de proporciones clásicas y sí, volvemos a insistir, con un gran potencial a un coste no tan grande. Adosado a la casa principal hay un espacio reformado de 25 m2 con paredes de piedra aparente y puertas ventanas que dan a un frondoso patio rodeado de moreras. Adosado al otro lado hay un garaje de 35 m2 que se puede adaptar para convertirse a donde le lleve su imaginación. Las posibilidades de desarrollo son un poco infinitas ya que al lado también hay dos corrales cubiertos de 25 y 21 m2 respectivamente. El único problema aquí es que los dos últimos techos están hechos con amianto. A continuación, a sólo diez metros de la casa principal tenemos una piscina elevada de 9 x 5 metros con una capacidad de 70.000 litros más un generoso solarium donde las preciosas vistas del mar se pueden apreciar mejor. También hay un almacén con sala de billar y depuradora de la piscina, pero aquí hará falta un poco de amor y dedicación para transformar este espacio. Luego tenemos un pequeño almacén de 12 m2 con un sistema solar ultramoderno, baterías de litio y una bomba alimentada por energía solar que trae agua de las profundidades de la tierra y llena una cisterna elevada para que el agua de la casa funcione con la presión de la gravedad. Consta también de un generador en el caso de que el sol no brille durante unos días. Finalmente, y esto es muy curioso, hay otra estructura construida en el límite inferior de la finca. Parece ser un enorme depósito de agua de unos 100.000 litros, con paredes de hormigón armado de 1,80 m de altura, no hay puerta y la estructura en sí está evidentemente inacabada. Es como si un puñado de adolescentes extraterrestres hubieran bajado a la Tierra a divertirse y, tras unas cuantas cervezas, hubieran decidido construir algo para divertirse y, de repente, apareció la curiosa estructura «alienígena». Luego volvieron a su nave espacial, fuera de sus cabezas alienígenas, y fueron parados de camino a casa por la policía intergaláctica y les pusieron una multa por volar borrachos interestelarmente y arrojaron su vehículo a un agujero de gusano. Sí, la estructura es así de extraña, ¡pero no cabe duda de que se le podría encontrar una utilidad! Mientras tanto, de vuelta en el planeta Tierra, el tamaño de la finca es bastante generoso, formada por dos parcelas que suman más de 2,2 hectáreas de terreno. Con todo esto, la finca es muy atractiva pero hay dos puntos negativos. El acceso es en gran parte bueno, pero los últimos 600 metros es en una sinuosa pista de grava. Y hay una torre eléctrica a 70 metros de la casa. Hemos encargado un estudio de radiación magnética para determinar si había algún riesgo para la salud antes de poner la propiedad en el mercado y la buena noticia es que no existe ningún riesgo. Entonces ¿para quién es ? El comprador potencial es alguien que se anime con el reto de adquirir esta propiedad y con tiempo y energía, convertirla en un pequeño pedazo de paraíso rural. O alguien que esté interesado en la metodología de construcción alienígena… Pero realmente lo que podemos decir es que cuando esta finca este renovada, no creemos que el propietario este tan interesado en ir a L'Ametlla a hacer windsurf.